Un negocio, al igual que un matrimonio, puede ser “hasta que la muerte los separe”. Por eso es mejor (antes de divorciarse) evaluar el proyecto desde el inicio, para saber si es algo que se puede afrontar sin problemas, o bien, si es mejor dejar pasar la oportunidad y buscar otra mejor.
Tiempo
Una de las razones más habituales por la que las personas desean tener un negocio propio, es “para tener más tiempo”. Y es algo que me resulta tremendamente curioso, porque desarrollar un negocio propio, por lo general, requiere de mucho tiempo.
Lo que hay que tener bien en claro, es una sutil diferencia que se suele malinterpretar. Cuando se trabaja para otros, se invierte tiempo y por lo general la ganancia no es tan alta como para retirarse en pocos años. Por lo tanto, bajo esas circunstancias, uno no dispone de tiempo hoy ni dispondrá de tiempo mañana, porque obligadamente tendrá que trabajar toda su vida, disfrute de ese trabajo, o no.
En cambio, un negocio propio puede ser tremendamente demandante al principio, pero con el paso del tiempo, si todo marcha bien, se puede ir ganando tiempo por medio de la automatización de tareas y el entrenamiento de personas, delegando funciones en un equipo de gente responsable. De esta manera, el fundador del negocio puede disponer cada vez de más tiempo libre, y a la vez el negocio puede seguir creciendo.
El factor tiempo, es algo que se debe de evaluar antes de iniciar un negocio o ingresar a una inversión.
Para esto, las preguntas obligadas son:
• ¿A qué me estoy comprometiendo, y por cuánto tiempo?
• ¿Estoy realmente consciente de la cantidad de horas que este negocio me demandará?
• ¿Dispongo del tiempo diario que requiere este negocio para realizarlo correctamente?
• ¿Cuánto tiempo tardará el negocio en demostrar frutos?
• ¿Estoy dispuesto a sostener esta actividad por esa cantidad de días?
Existe la posibilidad de iniciar negocios a tiempo parcial, pero también hay negocios que no se pueden llevar adelante a medio tiempo. No digo que uno sea mejor que otro, lo que digo es que hay que estar plenamente seguro que se está ingresando en un negocio acorde al tiempo que se dispone.
Si la decisión es equivocada, comienza a florecer el trabajo mal hecho, el estrés, el fracaso. Por otro lado, si la decisión es acertada, se puede ir creciendo paulatinamente.
Mentalidad
Nuestra mente es tan poderosa, que puede ser al mismo tiempo el Dr. Jekyll y Mr. Hyde. De momentos enviarnos torrentes de motivación y a los pocos minutos, cuando algo no sale del todo bien, puede enviar nuestro estado de ánimo hasta el piso, al punto de hacer tambalear el proyecto.
Warren Buffett dice:
“Si no puede ver caer el 50% de su inversión sin entrar pánico, no invierta en el mercado de valores.”
A distintos negocios, distintos tipos de mentalidad.
Si odias lidiar con reclamos de personas, seguramente brindar ciertos servicios de atención al público no serán adecuados para ti.
Si tu personalidad no está alineada con la que el negocio requiere, tendrás que estar dispuesto a trabajar en cambiarla, o bien te sería conveniente no iniciar tal proyecto y buscar otro que esté más en línea con tu persona.
Las preguntas obligadas son:
• ¿Cuál es el perfil mental que requiere la persona que maneje este negocio?
• ¿Tengo la mentalidad adecuada que requiere este proyecto?
• ¿Estoy dispuesto a cambiar lo que sea necesario para alcanzar el éxito?
Esta evaluación que aisladamente suena a una obviedad, pasa desapercibida cuando la mente está fascinada por las supuestas “ganancias” que podría generar el negocio. Cuando alguien me comenta que tiene ganas de invertir en un negocio, y ese negocio no tiene nada en común con su persona, está claro que su pensamiento está enceguecido por el dinero.
En tales casos, no puedo evitar pensar que está empezando a jugar un partido en que antes de iniciar, va perdiendo 2 a 0 (codicia 2 – posibilidades de éxito 0). Por supuesto, un 2-0 se puede revertir y pasar a ganar 3-2, pero es más inteligente iniciar un negocio con ventajas, y no teniendo el peso de un resultado desfavorable desde el principio.
Dinero
El combustible material del negocio es el dinero, sin embargo, en la mayoría de los casos, los cálculos que guardan relación con las finanzas del negocio se tienden a evitar. Lo más típico es calcular vagamente el dinero necesario para iniciar y nada más. Hablar de proyecciones ya suena a algo complejo.
Lo importante de este tema es que haciendo algunas pequeñas proyecciones simples, se puede tener un panorama más concreto del negocio. Es importante saber cuánto dinero se requiere para empezar, pero también hay que saber cuanto dinero necesitaré en el primer año, y en el segundo, y cuántos gastos tendré, y cuánto ingreso tendré en el mismo período. Algunos datos pueden ser estimaciones (obviamente tienen que tener algún fundamento).
Si bien, se proyectan valores estimados, es mejor tener un estimado del negocio, a no tener nada.
Proyectar es cuestión de sumas, restas multiplicación y división. No son necesarias más operaciones matemáticas que esas.
Aunque no se disponga del dinero para crear un negocio, es un buen ejercicio conseguir datos reales, como si fueses a poner un negocio, y hacer proyecciones de ingresos y egresos por unos 3 o 5 años. Puedo asegurarte que después de hacer 5 proyecciones, el ejercicio prácticamente ya será un juego.
Hay que tener presente qué capital exige el negocio en cuestión. Hay algunos que no requieren de dinero, otros se pueden iniciar con poco capital, y algunos no funcionarían si no se invierten millones. Lo importante es saber en qué tipo de negocio me estoy metiendo (por eso es importante proyectar los números).
Las preguntas obligadas son:
• ¿Cuánto dinero necesito para este negocio?
• ¿Cuándo lo necesitaré?
• ¿Es conveniente dividir las inversiones en etapa o la utilizaré toda al mismo tiempo?
• ¿Cuál será la ganancia estimada y en cuánto tiempo?
• ¿Cuándo el negocio se podrá mantener solo, llegando al punto de equilibrio?
• ¿Cuál es la ganancia máxima a la que estoy apuntando con este negocio?
• ¿Qué pasa (financieramente hablando) si los ingresos no son los proyectados?
Aunque no tengas dinero para iniciar un negocio, si tienes las proyecciones en mano, y el negocio estudiado, podrías presentarte con estas, ante un amigo o un pariente al que le pueda interesar la idea, teniendo las proyecciones delante, se sentirá mucho más atraído de entrar como socio, o de poner el dinero, si el proyecto suena interesante.
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Te dejo un cordial saludo.
Martín Omar.
Hola, mi nombre es Camilo, he tenido siempre ideas de negocios, pero nunca había tenido la posibilidad de iniciar con uno por falta de dinero, pero ahora con mi pareja, se nos esta presentando un gracias a que su padre (natural o se me escapa la palabra) le dijo: quiero que dejes de hacer lo que haces y pongas tu propio negocio.. Yo corro con los gastos. El hecho es que se me fueron todas mas ideas, asi que escucho sugerencias, queremos algo rentable. (Saludos desde Colombia)
Hola Camilo, ¿hay algo en el que vos o tu pareja tengan mucha experiencia, ó sean buenos haciéndolo, o algo que les interese mucho a ambos?
¿Algunos negocios que hayan estado investigando?
Saludos,
Martin Omar.
yo tambien me siento sin ganas a avanzar MARTIN me he dedicado a vender anticuchos . es duro que quiero dejar todo y regresar a un trabajo tradicional pero con tus temas me dan animos de seguir avanzando.
Cuando uno Está perdido estos nos guian y nos hacen reflexionar. Gracias