La oportunidad de hacer dinero sin dinero le llegó a través de un llamado telefónico equivocado.

La oportunidad de hacer dinero sin dinero le llegó a través de un llamado telefónico equivocado.

Soy de los que creen que las oportunidades hay que salir a buscarlas porque la posibilidad de que alguien golpee la puerta de tu casa para ofrecerte “el gran negocio”, es bastante remota. Por esta razón, la historia de Carlos es realmente sorprendente. La oportunidad no “golpeó a su puerta”, pero… lo llamó por teléfono.

Esta es la historia de Carlos Enrique Lanzagorta González, un miembro de nuestra Comunidad con quien tuve el gusto de entablar una conversación por medio de algunos emails, luego de que dejó un comentario en esta página relatando brevemente cómo había iniciado su empresa.

Me pareció una anécdota muy constructiva, que podía ayudarnos a ver las oportunidades desde una nueva perspectiva, y enseñarnos muchas cosas.

No voy a extenderme más en el preámbulo, mejor dejemos que Carlos mismo nos cuente su historia…

El inicio: divorciado y sin empleo.

En ese momento, yo tenía 24 años y me acababa de divorciar (sin hijos). Participaba como Gerente de finanzas en una línea aérea de carga de nueva creación, que no resultó.

Al quedarme sin trabajo, me acerqué a mi hermano, quien tenía una pequeña empresa de venta de conectividad; y le pedí asilo en su oficina, para lo cual me prestó un escritorio y una computadora, a cuenta de que auxiliara en su empresa en la parte administrativa.

Le vendí a mi hermano la mitad de un terreno heredado de mi mamá, el cual lo cobré en abonos mensuales, con el fin de poder asegurar un ingreso fijo al mes para poder pagar mi renta, mientras mi proyecto de empresa de administración salía adelante.

Mi intención era vender asesoría administrativa y financiera. Y había creado un boletín de “Bolsa de Trabajo para enviar por Fax”.

La gran oportunidad me encuentra sin dinero.

En medio de todo esto y a consecuencia del divorcio, estaba estrenando una línea telefónica en mi casa donde comenzaron a llegar llamados equivocados, solicitando artículos publicitarios (plumas, llaveros, vasos, etc). Seguramente una empresa de publicidad tendría un número de teléfono muy similar al de mi casa.

Al principio, el hecho no cobró mayor trascendencia a la de una anécdota, hasta que llegó el llamado de uno de los sindicatos más grandes del país, en la elaboración de artículos promocionales solicitando un presupuesto por 50.000 playeras, 100.000 bolígrafos, etc., era un pedido gigantesco. Esta vez, decidí tomarle el pedido y quedé en pasarle una cotización unos días después. Me puse a buscar los productos, tenía que conseguirlos y a buen precio para poder recargarle mi ganancia, aunque igualmente había un gran inconveniente… yo no tenía ni un peso en la bolsa. El dinero de la mitad del terreno que mi hermano me daba mes a mes, solo me alcanzaba para vivir.

Cuando me llegó la solicitud de cotización de artículos publicitarios, realmente pensé:

“No tengo trabajo, y hoy quiero ser empresa, y ésta es mi oportunidad; pero sin dinero…, tengo que contar con algo, para lo cual le voy a pedir anticipo al mismo cliente, de donde voy a pagar los anticipos a los proveedores que estoy contratando…”

Yo ya había adoptado la posición que era empresario, que mi nuevo jefe era yo mismo, y que ahora el éxito dependía solamente de mí, de lo que hiciera. Y así fue.

Cuando vi el primer cheque de anticipo, por un valor de U$ 33.000 dólares a mi nombre, fue algo increíble. He de enfatizar que no había constituido una empresa, me movía fiscalmente con mi nombre como persona física. Promovía una razón social, que era el nombre comercial de lo que tenía que ser mi empresa, pero no estaba constituida aún. Por lo  que a la hora de los pagos, tuvieron que salir a mi nombre directamente.

Logré una venta de U$ 73.000 dólares, incluyendo un regalo de un viaje por cumplir a tiempo.  En ese momento decidí no volver a buscar trabajo y ser realmente un empresario.

La honradez como garantía, cuando los recursos son escasos.

Hubo tiempos preocupantes en los que había que saber manejarse con la liquidación a los proveedores, pues ellos querían que se les pagara al entregar la mercadería, pero esos momentos no precisamente coincidían con el momento en que me liquidaban a mí. Había algunos días de diferencia, pero considero que la transparencia y la demostración de  honradez en el tiempo, lograron que siempre me esperaran para que primeramente pudiera cobrarle a mi cliente, y jamás tuve mayores problemas.

Ya posteriormente, constituí la empresa “Lanzagorta Consultores Asociados, S.A. de C.V.”, el nombre era muy alusivo a la administración, por el primer producto que pensaba en vender, sin embargo me dediqué a comercializar publicidad durante los 5 años posteriores, ya con anuncios propios en las Páginas Amarillas.

Ya tenía oficina propia, dos empleados y mi propia infraestructura; del mismo anuncio equivocado me solicitaron una cotización de quince millones de reglas escolares. Era un pedido para la campaña anual de la Cruz Roja Mexicana y me quedé con él, lo que me representó una venta de más de U$ 140.000 dólares.

“Alguna vez he llegado a ver mis reglas por ahí, en la calle, y recuerdo ese momento”.

Los negocios posteriores y el apego a una filosofía de trabajo.

La empresa de publicidad la cerré, ERRONEAMENTE, porque quise volver a lo que era mi carrera de finanzas, y abrí una empresa de “Envío de dinero a nivel mundial”, la cual logré que llegara a tener oficinas en Miami, Florida, y corresponsales en el Cono Sur de América. Esta empresa, por cuestiones de seguridad y legislación, también tuvo que cerrar, sin embargo se movía bajo la misma filosofía:

“Tengo al cliente, pido anticipo, recibo comisión, pago a proveedores”.

Actualmente tengo una empresa de seguridad GPS para vehículos (www.Lansat.com.mx), la cual, igual que todo lo que he hecho anteriormente, empezó con anticipos. Aprovechando la tecnología del internet, ésta empresa empezó hace ya 5 años y apenas hace uno que establecí oficinas en el WTC Ciudad de México, antes trabajé desde mi casa. Ya he logrado una flota de 560 vehículos protegidos y estamos abriendo una empresa de alarmas para casas, aprovechando los contactos que hoy día se han logrado.

“Mi filosofía para hacer empresa, es contar primero con
lo más importante en un negocio: EL CLIENTE”.

Hay gente que a pesar de contar con “Know How”, experiencia, contactos, etc. no hacen nada, porque están esperando recibir “al inversionista”, que haga la planta, o que ponga súper oficinas en una zona exclusiva, y cuando llegan a lograrlo, se dan cuenta que sin clientes no se puede hacer nada, y que la gran inversión, para el caso, no sirvió de nada.

 “Primero el cliente, quien es de donde sale el dinero.
Los negocios son para hacer dinero, no para gastar dinero”.

La infraestructura básica para empezar a hacer una empresa hoy día es: un teléfono, una computadora e internet. Aunque antes, en 1994, yo empecé sin internet. ¿Tienes al cliente?, entonces siempre habrá quien te venda.

En lo que yo baso mi sentido empresarial, por lo que me diferencio de los demás, es EL SERVICIO. Considero que es por eso que me han comprado y me compran actualmente. A cualquiera le pueden comprar publicidad, o divisas, o seguridad, pero pocos dan el servicio de yo doy. No soy dueño de las máquinas, no soy dueño de grandes capitales, pero si soy responsable de la atención que se le da a los clientes.

Muchas gracias por considerar mi anécdota como parte de estos artículos, los cuales siempre son enriquecedores, inspiracionales y motivantes.

Atte.
Carlos Enrique Lanzagorta González.

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Carlos, muchas gracias por tomarte el tiempo de relatar tu experiencia, puedo asegurarte que será muy enriquecedora para muchas personas, seguramente lo verás expresado en los comentarios.

Deja tu comentario debajo, expresando tu opinión y lo que aprendiste de la experiencia de Carlos (él los leerá también) y si crees que este artículo puede serle de utilidad a otras personas, recomiéndalo luego de dejar tu comentario.

Te dejo un cordial saludo,
Martín Omar

Acerca de Martín Omar
Desde hace más de 14 años desarrolla campañas montadas sobre Internet orientadas al crecimiento de las ventas. Actualmente se dedica al Marketing Online, y a promover la Educación Financiera.